15.04.20 / GASTRONOMÍA
Poco a poco estamos empezando a escuchar a nuestro cuerpo y a tomar conciencia de que nuestras necesidades son diferentes a lo largo del día, al igual que varían dependiendo de la temporada o de nuestros biorritmos. No hace falta ser médico para aprender a cuidarse desde dentro y eso implica adaptar tus gestos diarios a lo que mejor te sienta.
Probablemente eres o conoces a alguien que lo primero que hace por la mañana es beberse una café. Este hábito tan arraigado en nuestra sociedad está lejos de ser la mejor forma de empezar el día. Echamos mano de la ciencia –en clave sencilla- para explicarte cómo y cuándo debes tomar café para que sea más saludable y aprovechar todos sus beneficios.
Si alguna vez has sentido que el café no te ha hecho ningún efecto, debes saber que hay una explicación científica para ello. ¿Te suena la cronofarmacología? Esta ciencia estudia la relación de los biorritmos con los efectos de sustancias que ingerimos. El ritmo circadiano, que probablemente te suene, es el ciclo bilógico más importante y se puede entender como un reloj interno que marca tu comportamiento físico y químico a lo largo del día. Dependiendo del ritmo circadiano, lo que ingieras a una hora tendrá un efecto u otro.
Este ritmo lo marca la luz entre otros factores. Nuestro organismo se sincroniza con ella y el coordinador de todo este proceso es el hipotálamo en nuestro cerebro. Y aquí llegamos al quid de la cuestión: el hipotálamo es el regulador de una hormona llamada cortisol, la hormona del estrés.
La investigación a lo largo de los años ha determinado que justo cuando nos levantamos es cuando segregamos más cortisol, una hormona que nos despierta y nos conduce a un estado de alerta. Aunque a algunos les parezca mentira, el pico de concentración de cortisol según el rito circadiano se da entre las 8 y las 9 de la mañana. En ese momento, por lo tanto, tu cuerpo está inmerso un proceso natural en el que el café no es necesario.
Ese es el motivo por el que un café a la hora de despertarse no tiene apenas efecto y solo ayuda a desarrollar tolerancia hacia la cafeína o incluso a inducir al cuerpo a un estado de ansiedad. La ciencia, pues, recomienda esperar dos horas despierto hasta administrar la primera dosis de café al cuerpo.
Para alguien que se despierta a las 7, el primer café del día debería tomarse entre las 9:30 y las 11:30, cuando los niveles de cortisol desciendan. Tras esa hora hay otro pico de subida entre 12 y 13 del mediodía y un tercero entre las 17:30 y las 18:30. Entre medias, puedes tomar el café de después de comer y después olvidarte de la cafeína porque su efecto se mantiene hasta 12 horas en el organismo.
El café tiene muchos beneficios que colocan la esperanza de vida de quienes lo toman por encima de quienes se abstienen. ¿Cuándo y cómo aprovechar los beneficios del café?
Tomar una taza pequeña de café solo antes de hacer deporte mejora el rendimiento físico puesto que la cafeína es un estimulante del sistema nervioso y retrasa el agotamiento.
Esta duda puede resolverse de forma sencilla. El café en sí mismo no conlleva un incremento de peso, aunque dependiendo de cómo lo acompañes, su aporte calórico será mayor o menor. Tomar entre una y tres tazas al día no modificará tu peso y si se toma solo puede incluso reducir los niveles de producción de glucosa y acompañar a la pérdida de peso.
El poder estimulante de esta bebida tiene un efecto positivo en el estado de ánimo de quien lo consume y hay estudios psiquiátricos que lo enlazan con la mejora en cuadros de depresión. Así que se puede decir que sí, con moderación, ¡es un gran complemento!
Varios estudios sostienen que el amargor del café aumenta la producción de ácido estomacal, es decir, en ayunas aumenta el riesgo de irritación del estómago y el intestino. No está comprobado que tomarlo en ayunas tenga beneficios ni grandes inconvenientes. Sin embargo, aquellas personas que tengan problemas digestivos pueden prescindir de hacerlo.
Está demostrado que el café tiene 500 veces más antioxidantes que la vitamina C. En cada grano hay antioxidantes naturales como polifenoles, que convierten a esta bebida tomada con moderación en un antídoto contra el envejecimiento y las enfermedades.
Gracias a los antioxidantes, el café está asociado a la reparación del ADN y a la disminución del riesgo de padecer algunos cánceres y enfermedades vasculares.
29.01.20 / TENDENCIAS
