Cómo hacer dibujos en el café

El café es una bebida milenaria que hoy está presente en cada casa alrededor del mundo. Su sabor, su aroma y su efecto estimulante la convierten en una infusión imprescindible para el día a día de muchas personas. Hacer un buen café siempre ha sido un arte, pero ahora tiene un plus: hay quienes son capaces de crear verdaderas ilustraciones con la espuma de la leche, dibujando sin pincel y en una taza. Todo para que lo saborees solo un momento después y te preguntes cómo hacer dibujos en el café.

Esta maravillosa técnica es un poco más sencilla de lo que parece y tampoco necesitas trabajar en esa cafetería de moda de la esquina. El secreto está en unos pocos accesorios y mucha práctica.

En Kaiku Caffè Latte nos da un poquito de pena que esta habilidad no se pueda aprender con café frío, pero queremos que te conviertas en un artista, y por eso te vamos a dar algunos consejos sobre cómo hacer dibujos en el café en casa.

Latte Art: cómo se hacen dibujos en el café

Esta técnica tiene hoy muchas variantes, no solo se utiliza la espuma de la leche, sino también se añaden colores sobre el café que incorporan sabores e intensifican la experiencia al beberlo, o incluso hay quienes hacen Latte Art 3D.

Que los dibujos salgan bien depende de varios factores: la textura que consigas al espumar la leche y la manera en que la viertes a la hora de crear tu obra maestra. Por eso, para poder practicar, lo más recomendable es que tengas una máquina de espresso común, no se necesita nada demasiado sofisticado. Si no viene con el complemento que texturiza la leche, puedes conseguir una espumadora. También te hará falta una jarra de acero inoxidable con boquilla estrecha y una taza grande de forma cóncava. Y ¡listo! Vamos con el paso a paso de cómo hacer dibujos en el café en casa.

Paso 1: prepara el lienzo y el pincel

La espuma de aspecto cremoso que ves en los cafés con Latte Art solo se puede lograr texturizando la leche. Es importante que sea entera y esté muy fría, recién sacada de la nevera.

Para comenzar la viertes en la jarra de metal y usas el vaporizador de la máquina espresso o el espumador eléctrico de mano. La clave es subir y bajar la jarra para que la leche se vaya vaporizando de forma homogénea y obtener la espuma suficiente. Una vez que consigas la textura dale un golpe contra la mesa y gírala un poco para eliminar el exceso de burbujas de aire.

Mientras estás preparando la leche haz el café espresso. La infusión no tiene por qué ser diferente de la que elaboras en tu rutina diaria. Aunque lo ideal es que la hagas con una máquina de espresso, y mucho mejor si es de las que tienen buena presión porque hace que el café salga con la espuma adecuada.

Paso 2: pinta con sabor

Por mucho que te digamos, lo fundamental es que practiques muchas veces hasta dar con la técnica correcta. La altura, la posición y el flujo con el que viertes la leche serán los responsables de que salga algo.

Empieza, por ejemplo, por un corazón. Es un dibujo sencillo y fácilmente identificable. Para ello, sostén la jarra con tu mano más hábil y con la otra coge la taza con café e inclínala ligeramente. Vierte un poco de leche en el centro para formar una base y después sigue con movimientos fluidos sin dejar de mover la jarra en pequeños zig-zag. Verás que se crea un círculo blanco en el medio sobre el color tostado del café. Coloca un hilo de espuma desde el centro, marcando una línea en el sentido contrario hasta dejar un pequeño pico. ¡Voilá! Así es como se hacen dibujos en el café, ya tienes tu corazón de Latte Art.

Otra opción también es verter la espuma de leche de manera uniforme, creando una capa blanca con relieve y hacer los dibujos con la ayuda de una plantilla. Las hay de todo tipo y también puedes fabricar la tuya con un cartón fino. Colócala sobre el café y espolvorea un poco de cacao o canela hasta que se forme la ilustración.