09.01.15 / GASTRONOMÍA
El miedo de los vecinos desde el cierre de la farmacia hace un par de años a que desapareciera el enorme encanto de la esquina de San Vicente Ferrer con San Andrés no sólo ha sido eliminado, sino mejorado: Juanse Kafe ha llegado a Malasaña con una cuidadísima estética y decoración que incluso subrayan el carácter especial de la antigua farmacia. De la botica mantienen letreros, la barra, los azulejos y algunos antiguos botes de medicinas (¿a quién no le vendría bien para la cuesta de enero un bálsamo tranquilizador como el que tienen en la entrada?), y los han combinado con nuevas adquisiciones, entre las que destacan los Takos en las paredes (y de los que tienen pendiente hacer una serie de inspiración Malasaña).
Una iniciativa de las hermanas López (Marina y Mariví), que han sabido juntar sus personalidades donostiarras con un profundo carácter malasañero para dar al icónico local (que, además, es patrimonio histórico nacional y figura en todas las guías) la recuperación que se merece en un proyecto que, además, rebosa cariño por la antigua Farmacia Juanse. Así, quieren destacar la personalidad y el carácter único de cada panel de azulejos con iluminación independiente, aumentando así nuestra sensación de que, tanto dentro como fuera, nos encontramos ante un auténtico local de museo.
Por si el continente no mereciera la pena ya de por sí, además tenemos que probar el contenido: dulces típicos del País Vasco como tejas o xaxu, tartas caseras y repostería gourmet. Además, en sus vitrinas también podemos encontrar conservas y turrones “made in Euskadi”. Todo esto, acompañado de la atención exquisita que recibimos detrás de la barra, auguran un gran futuro para el nuevo café de moda de Madrid. ¡Ya tenéis algo más que hacer este fin de semana!