20.07.20 / PLANES
Allá donde haya un río o arroyo mínimamente caudaloso, habrá pozas y piscinas naturales secretas que harán las delicias de cualquiera frente al calor. Refrescarse en estas aguas es un placer para mayores y pequeños y, cuanto más escondida esté, mejor para sentir la comunión con la naturaleza.
Si este verano has apostado por el turismo nacional o te quedas cerca de casa, desde aquí te animamos a sumergirte en la búsqueda de estos oasis. Y para hacer la tarea más sencilla, aquí te traemos las piscinas naturales más espectaculares en las que darte un chapuzón:
Situada en el concejo de Llanes, esta peculiar piscina natural forma parte del paisaje protegido de la Costa Oriental de Asturias. Oficialmente es una playa de agua salada, pero entra en la lista porque es una maravilla geológica. El agua del mar se filtra hasta dentro de la tierra y forma una mini playa rodeada de naturaleza.
En el salinar de Naval era una fuente natural de sal que hoy se ha convertido en un lugar de baño con piscinas naturales y terapéuticas. Los baños con sal en estas aguas son tan divertidos como terapéuticos gracias a su alta concentración de minerales. Este año no han abierto, pero sin duda es una de las piscinas naturales más especiales del Pirineo.
No solo de cerezas vive el Valle del Jerte. Los Pilones, en la reserva natural de la Garganta de los Infiernos es una sucesión de trece pozas labradas en la piedra formando piscinas naturales. Es un entorno natural de gran belleza y bañarse aquí tiene algo mágico, si te atreves.
A unos siete kilómetros de Luesia, en la Comarca de las Cinco Villas, es una zona de baño natural de aguas cristalinas y limpias. Además, ¡sus paredes escarpadas que permiten saltar de hasta 15 metros! En este paraje idílico, accesible en coche, encontramos cascadas, praderas y pinares que merecen ser visitados.
Cabriel está considerado como uno de los ríos más limpios del continente y las conocidas como Chorreras son piscinas naturales de agua turquesa y transparente donde apetece darse uno o varios baños. La provincia de Cuenca está regada de pozas, pero sin duda, las Chorreras, son las más espectaculares.
Navarra La Foz de Benasa es una piscina natural de aguas cristalinas que forma el río que le da nombre en plena Sierra de Ayllón, cerca del municipio de Navascués, en la comarca de Roncal-Salazar.
El Río Matarraña, en Teruel, crea a su paso infinidad de pozas y piscinas naturales. Una de las más civilizadas es la Piscina Natural de L’Assut, una preciosidad donde pasar un día 100% mediterráneo. Otro de los muchos parajes naturales que esconde la Comarca del Matarraña es esta senda denominada el Parrizal, perfectamente señalizada y adaptada para descubrir sus encantos andando entre sus cañones rocosos y junto al río Matarraña. Este río forma, a lo largo de todo el recorrido, una serie de piscinas naturales de agua transparente.
La Caldera, situada junto a la localidad de Duruelo de la Sierra, es la piscina natural de los durolenses. Sólo apta para valientes, las aguas del río Duero forman diversas piscinas naturales en su curso. Quienes llegan hasta la Caldera buscando un baño relajado, descubren un paraje que es un verdadero tesoro natural.
En la Comarca de la Jacetania, a orillas del embalse de Yesa se encuentran las ruinas de Tiermas, uno de tantos pueblos abandonados de Aragón porque fue engullido por un embalse. El pantano se llevó con las aguas el antiguo balneario de Tiermas, que ahora sale al flote cuandobaja el nivel del embalse. Cuando esto ocurre se puede disfrutar de un baño en las aguas termales que, desde la época de los romanos y hasta la construcción del Mar de los Pirineos, dieron vida al balneario y al pueblo de Tiermas.
A las afueras de Madrid la Sierra de Guadarrama ofrece cobijo y una gran variedad de piscinas naturales donde desconectar del calor estival. Una de las más conocidas se encuentra en la localidad de Rascafría, a 100 kilómetros de distancia, a la que se puede llegar, incluso, en transporte público desde la capital.
Este año no es el mejor para acercarse a la piscina fluvial de Riosequillo ya que permanecerá cerrada según anunció el ayuntamiento, por obras ajenas al mismo. Aun así, merece la pena apuntar este enclave para futuras ocasiones porque es de lo más particular.
A la sombra de un puente de piedra románico se encuentra esta piscina natural de Navaluenga (Ávila). Este pueblecito de la Sierra de Gredos está en una zona llena de paisajes de media montaña ideal para descansar al aire libre. Gracias al paso del río Alberche, este pueblo cuenta con una piscina natural a tiro de piedra de Madrid.
Quien no se refresca es porque no quiere, o porque no tiene esta guía con las mejores piscinas naturales de España.
