30.10.14 / GASTRONOMÍA
Nada más fácil para conseguir este propósito (aunque suene contradictorio) que pasearse por Malasaña. En plena calle Espíritu Santo existe un rincón en el que todos, sin excepción, nos fijamos al pasar: una pequeña bakery que se asoma a la calle para traer un pedazo de la América de los años 50 al centro de Madrid. Para los viajeros que han tenido el placer de visitar Magnolia Bakery en Nueva York, llega Happy Day Bakery con el objetivo de ofrecer dulces y cupcakes que son capaces de ponernos una sonrisa en la cara sólo con verlos (¡y no digamos con probarlos!). Laura, su creadora, lo tenía claro: si Nueva York o Londres tienen espacios de repostería capaces de hacer feliz a la gente, Madrid también se merecía un espacio así.
Así, desde 2009, el espacio 1950’s de Happy Day Bakery se convierte en el sitio al que ir a degustar bagels, cupcakes o deliciosas tartas. ¿Lo mejor? Acudir en torno a los días de Halloween: decoración exquisita, cookies en forma de momia, fantasma o calavera mexicana, o ingredientes americanos para llevarnos a casa y celebrar un auténtico American Halloween. No olvidemos que en la noche del 31 de octubre, la decoración es esencial, pero también lo es el dulce: ¡que nadie se quede sin su truco o trato!
Porque unir la personalidad única del barrio de Malasaña con el espíritu de celebración de Estados Unidos es una receta segura para un 31 de octubre inolvidable. ¡Feliz Halloween a todos!