#Ysi nos hacemos un traje a medida?  

Lo podemos negar cuanto queramos, pero siempre habrá (por lo menos) un poquito de verdad en esta afirmación: a todos nos encantan las cosas hechas expresamente para nosotros. Desde una merienda improvisada en nuestro honor al máximum de la personalización: moda “made for” nosotros mismos. En realidad, muchos esperamos que haya bodas en nuestro entorno para tener la excusa de dedicarnos un modelito ad hoc, pero los impacientes o los amantes de la artesanía (o arte, según se mire) tienen una nueva opción con la que dedicarse un capricho del que disfrutar todos los días: trajes denim a medida.

Fernando García de la Calera es el impulsor en Madrid de la llamada “sastrería denim”, de la mano de The Concrete Co. Siempre tuvo claro que el sector de la moda tenía un hueco con su nombre: así, The Concrete nació inicialmente como una marca de tablas y ropa de inspiración skater (no es casualidad: Fernando es un gran fan de patinar). Como a muchos, a Fernando le tocó reinventarse con la crisis, y lejos de renunciar, se puso el listón aún más alto: aprender de sastrería para diversificar su producto y poner el acento en la calidad. “Alta moda” pero con un producto cotidiano como el denim, porque la ropa está hecha para ser lucida día a día (¿quién no se pone un vaquero al menos una vez a la semana?).

“Dime cómo eres y te diré qué ropa necesitas”: parece un titular de una revista de moda, pero es lo que sucede día a día en la tienda-taller de The Concrete Co en Malasaña. La mejor ropa solo nace del mejor trato con el cliente, y para que una prenda nos siente como un guante tiene que respirar lo mismo que nosotros. Así, Fernando es insistente respecto a conocer a los futuros “modelos urbanos” de sus trajes: charlar con ellos, conocer su estilo y sus preferencias, y convertirse en co-creadores de trajes denim que rozan la perfección. De esta manera, los clientes de The Concrete Co saben apreciar aún más el valor de sus nuevas prendas: porque son conscientes de las horas, el equipo, el talento y el mimo que hay detrás de cada puntada cosida expresamente para ellos (¡en The Concrete Co hacen hasta los botones!)

¿Y para Fernando, no hay nada hecho expresamente? Después de estas líneas, es evidente: su oficio como “sastre denim”. ¿Y si nos atrevemos a convertir en oficio aquello de lo que más aprendemos y con lo que más disfrutamos? ¿Alguien más se apunta?