15.07.15 / TENDENCIAS
Como prueba de que las cosas buenas se pueden juntar: el lugar adecuado llegó junto al momento adecuado, y Raquel pudo dar luz verde a una ilusión de hacía tiempo que coincidió con un cambio de rumbo personal. Raquel abandonó la restauración de patrimonio y emprendió un proyecto que, cinco años más tarde, ya se ha convertido en un lugar donde las cosas buenas se aglutinan: en Chico Ostra ofrecen un espacio para actividades y exposiciones de forma gratuita, promoviendo la segunda mano y, además, la comida casera. Un espacio interactivo en el que los clientes se sientan tan cómodos y a gusto como Raquel con su proyecto. Chico Ostra es una gran parte de Raquel, y lo ha sido desde siempre: “La melancólica muerte del Chico Ostra”, de Tim Burton, narra historias de niños peculiares, y fue el primer libro de poesía que se leyó Raquel.
¿Qué encontramos en el número 15 de la calle Músico Belando en Benimaclet? Un lienzo en blanco para traer propuestas culturales a Valencia, y para realizar todo tipo de actividades en un ambiente que parece de casa. Los artículos de segunda mano tienen mucho protagonismo en Chico Ostra: libros para leer en el local, adquirir para llevar a casa, o curiosear en las estanterías (no están ordenados: ¿hay algo que haga pasar más rápido las horas que revisando estantes en busca de tesoros literarios?), y ropa vintage. Las paredes se renuevan mes a mes con nuevas exposiciones, y en el local encontramos actividades que hacen que nunca parezca igual: cenas japonesas, catas de queso, secret shows, ferias y presentaciones…
Y sí: las cosas buenas tienden a venir juntas, porque Chico Ostra se ha convertido, además, en un punto de encuentro para las personas que saben que estarán a gusto y en buena compañía. En palabras de Raquel: “Nos gusta ser el centro de reunión de mucha gente que se acerca sin quedar previamente porque saben que siempre habrá alguien conocido por allí…”. Si eso no es, de verdad, conseguir juntar todo lo bueno ¿qué lo será?