23.12.14 / GASTRONOMÍA
Gonzalo dejó León para estudiar y trabajar en Madrid; más tarde regresó a León para involucrarse en el negocio familiar y, como les suele pasar a todos los que se enamoran de la vida madrileña, padeció nostalgia de la capital y se atrevió a ponerle remedio. Si Madrid no va a Gonzalo, Gonzalo viene a Madrid: aun sin experiencia previa en hostelería, buscó negocios en venta que le permitieran recuperar su hueco en la capital. Un golpe de suerte le convirtió en dueño del Arquibar: de repente se vio a cargo de uno de los brunch con más encanto de Madrid, y tiene la suerte de poder decir que su trabajo le encanta.
Público femenino, parejas y grupos, viajeros de distintas nacionalidades: el Arquibar tiene ese poder de atrapar a todo el mundo con un local de ensueño y un brunch que deja con ganas de repetir. Antigüedades, plantas, música y la maravillosa luz de un local delicado y pequeño que derrocha encanto por todos sus costados se suman a un desayuno dulce y salado que siempre termina con buen sabor de boca. Un brunch que traslada, durante un rato, a otra época: servido en tazas de porcelana, copas de cristal antiguo y muebles auténticamente vintage. En Arquibar han sabido hacer, de desayunar, una completa experiencia, y lo han hecho con nota sobresaliente.
Además, en el Arquibar están de aniversario: el 22 de diciembre del año pasado no fue sólo una fecha afortunada para los agraciados con el Gordo, sino que además abrió sus puertas el Arquibar como lo conocemos en la actualidad, aunque ha ido incorporando preciosas novedades como las que encontraréis en el piso superior. ¡Feliz cumpleaños! Y, sobre todo: ¡que cumpláis muchos más!