10.07.21 / TENDENCIAS
Esta producción española que arrancó en 2018 hace un cóctel con todos los tópicos de los dramas adolescentes y los desafíos a los que se enfrentan las futuras generaciones, como la homofobia, el consumo de drogas o las enfermedades de transmisión sexual.
Pero en lugar de quedarse ahí, la serie toca temas que quedan lejos de recordarnos a nuestro instituto de toda la vida. Asesinos, investigaciones, corrupción o incesto son la guinda del pastel para tenernos pegados al sofá en cada episodio. Pero hay más de una cosilla en la que la ficción se queda lejos de la realidad. Nosotros te contamos siete.
En esta serie reina la clase alta madrileña, y los estudiantes de instituto conducen coches deportivos último modelo o van por los pasillos con zapatos y abrigos de diseño. Pero vamos, ¿quién no iba a sentirse identificado? A no ser que hayas sido parte de la “élite” en tus años de instituto, esta será la diferencia que menos te habría gustado tener.
Aquí es cuando las cosas se ponen oscuras. Todos pasamos nuestros problemas de adolescentes, pero estarás de acuerdo en que la gran mayoría no tuvo que vivir un asesinato dentro del colegio que puso de cabeza a todo el curso. Puede que algún que otro roce se resolviese a la salida del instituto, pero de ahí a encontrarse un cadáver en los alrededores de la piscina hay un largo trecho.
Hablando de piscinas, los personajes de Élite pasan buena parte de su tiempo fuera de las aulas en los alrededores de una que podría acoger las olimpiadas. Y cómo no, todos exhiben abdominales que parecen sacados de una revista. ¿Era igual en tu instituto? En el nuestro apenas había una zona multiusos que servía a la vez para jugar al fútbol y hacer las prácticas del coro, –incluso al mismo tiempo–. Y de abdominales mejor no hablemos.
Un robo terminó por destapar un caso de corrupción que estremece los capítulos de toda una temporada. No es que en otros tiempos no sucedieran esas cosas, pero al menos nunca llegamos a ver salir a la luz semejantes escándalos en el colegio. Como mucho, algún hurto de bolígrafos en la sala de profesores.
Quizás sean cosas nuestras, pero hace unos años la policía no iba detrás de toda una clase interrogando y buscando pistas de crímenes sin resolver. Por suerte, lo de los bolígrafos nunca pasó a mayores.
En cualquier instituto hay líos, tonteo y romances, pero los personajes de Élite lo llevan a otro nivel. Peleas entre hermanos por amor, tríos, parejas abiertas y todo tipo de situaciones que están lejos de lo que recordamos en nuestros años de adolescencia. Será que nos perdimos lo más interesante, pero la experiencia que nosotros vivimos implicaba más bien toneladas de libros y litros de café frío.
Los sobornos a profesores por parte de alumnos no se quedan atrás. A lo mejor tú empleaste un par de técnicas para evitar suspender alguna asignatura, pero seguro que tus recursos no tenían tanto alcance. Y no, las lágrimas no cuentan.
Los personajes de Élite son un desborde de excentricidad allá donde van, y seguro que sus vidas adolescentes no se parecen mucho a la que tú has tenido. ¡A las nuestras tampoco! Aun así, tenemos que admitir que la serie nos sigue enganchando como el primer día, y es que con o sin uniforme, el instituto es una etapa que deja huella.