27.03.15 / TENDENCIAS
Jaime está, desde hace 5 meses, al frente de Ombú. Un cambio de rumbo radical respecto a su anterior ocupación: cocinero profesional. Jaime se había formado como chef y ha pasado muchos años entre fogones. Nostálgico de sus veranos en Tarifa, le surgió la oportunidad de abrir un restaurante en Zahara de los Atunes y no lo dudó. En el sur dio rienda suelta a toda su creatividad culinaria hasta que se dio cuenta de que, si bien la cocina le apasiona (ahora la disfruta más, y por tanto también los de su alrededor), la hostelería no le llenaba de la misma manera. Y decidió dedicarse en cuerpo y alma a una afición que siempre ha tenido entre manos (nunca mejor dicho): fabricar sus propias lámparas y muebles. Primero en un taller en el campo, finalmente de regreso en Madrid: así nace Ombú, como resultado de la trayectoria vital de Jaime.
La filosofía detrás de Ombú: “Tómate tu tiempo, hay muchas cosas por descubrir”. Nunca una frase había tenido tanta razón, y es que es posible pasar horas aprendiendo sobre cada uno de los objetos (únicos e irrepetibles) que llenan los rincones de Ombú. Para Jaime es una manera de aprender e ir creando obras de valor, con un criterio cercano y con personalidad: arregla muebles o hace nuevos según la inspiración que desee cada uno. Los objetos que atesora Ombú, hechos por Jaime o artistas colaboradores, solo tienen una norma: tienen que contar algo, que tener personalidad en sí mismos. Además, son un auténtico reflejo de la mezcla entre lo exótico y lo local, lo nuevo y lo antiguo, creando una verdadera sensación de museo que Jaime conoce como la palma de su mano.
La tienda nunca es igual: es un cambio permanente hecho realidad en forma de un espacio que siempre es distinto a sí mismo y a cualquier otro espacio que podamos visitar en Madrid. Un lugar en el que disfrutar, aprender, o al que ir para una conversación más que interesante, y un rato más que agradable.