30.05.22 / TENDENCIAS
Ya sabes que en Kaiku Caffè Latte somos unos entusiastas del mundillo tecnológico y nos gusta seguirle la pista a sus avances. Hoy vamos a hurgar un poco en todo este asunto de la IA, sus tipos y la posibilidad que hay de que nos haga vivir para siempre. Porque si podemos tomar café frío toda la eternidad, definitivamente nos interesa.
La inteligencia artificial es un conjunto de algoritmos que simulan los procesos mentales de los humanos a través de softwares y máquinas, para crear entes sintéticos que puedan pensar y actuar por sí mismos. Sí, lo que tanto hemos visto en las películas de ciencia ficción ha terminado por volverse algo real.
No todas las IA son iguales, sino que su alcance y capacidades pueden variar. Arend Hintze, profesor de biología e informática, las clasifica así:
En nuestro día a día estamos rodeados de inteligencia artificial. Te damos tres ejemplos que seguro que te suenan.
Las aplicaciones de la inteligencia artificial son prácticamente infinitas, pero hay una que no desaparece de la cabeza de científicos y empresas: la inmortalidad. Y es que si es posible replicar las capacidades de la mente humana, ¿por qué no intentar hacerlo con las de ciertas mentes en especial? Volcar todos los conocimientos y rasgos característicos de una persona en un algoritmo y así lograr que viva para siempre.
Si asociamos inmortalidad con la idea de tener el mismo cuerpo físico por los siglos de los siglos, puede que la cosa se torne complicada. Pero si nos referimos a la mente y todo lo que se almacena en ella, podemos verlo un poco menos lejano. En la actualidad hay proyectos de IA de lo más interesantes como Neon, de Samsung, que pretende «crear humanos» o Ibuki, un robot androide japonés que se mueve y habla como un niño.
La inteligencia artificial y la inmortalidad aún son dos conceptos bastante distantes. Sin embargo, ya se han dado pasos importantes que nos llevan a preguntarnos si en un futuro caminaremos por las calles en el cuerpo de un robot. En Kaiku Caffè Latte estamos seguros de que nuestras versiones virtuales llevarían un café en la mano.