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Por qué ninguna app será nunca mejor que el Messenger

27.01.22 / TENDENCIAS

Por qué ninguna app será nunca mejor que el Messenger

Quienes vivimos en la década de los noventa y disfrutamos de la primera mensajería instantánea, continuamos rememorando los tiempos en los que las tardes en el cibercafé resultaban de lo más entretenidas. Iniciar sesión en el antiguo Messenger de Outlook no solo era una de las tareas digitales más complejas de aquellos años —pues la conexión a Internet no era lo que es ahora—, sino que también era una de las más deseadas.

En 2013, sin embargo, Microsoft hizo desaparecer de la faz de la tierra a nuestro querido Messenger. Si bien creo un gran vacío, Skype pronto se hizo un hueco en nuestros ordenadores y, con el tiempo, también lo hicieron el resto de redes sociales y apps de mensajería.

En Kaiku Caffè Latte queremos recordar las razones por las que, aún hoy, mantenemos en la memoria esa antigua plataforma, aquella que nos acompañó en tantos bonitos momentos y dio el pistoletazo de salida a las conversaciones en línea.

¿Por qué echamos de menos el antiguo Messenger de Outlook?

Messenger

Tanto si sabes qué es Messenger, como si lo primero que se te viene a la cabeza es el chat de Facebook, desgranamos los entresijos de uno de los iconos del 2000.

El desesperante (y añorado) zumbido de Messenger

Característico donde los haya, Messenger nos ofreció el zumbido como herramienta, tanto útil como molesta. Y es que si algún recuerdo nos llega a la mente cuando pensamos en Messenger, ese es su desquiciante bzzzz. No existía mejor forma de captar la atención de ese amigo que ignoraba tus mensajes que una ventana vibrante que paralizaba cualquier otra tarea que tuvieras entre manos.

El estado: todo un párrafo para el ingenio

Ni los estados de WhatsApp, ni los infinitos textos de Facebook, ni las historias de Instagram ponen de manifiesto la creatividad y el talento que el antiguo Messenger de Hotmail demandó de nosotros. Introducir en un párrafo toda la existencia adolescente a través de la personalización de los estados de Messenger supuso el relato más destacable de la vida millennial, donde contamos al mundo los acontecimientos más importantes de nuestra vida, como las declaraciones de amor ocultas o lo peligroso que era provocarnos, aunque fuese en formato unicode.

Indirectas: las canciones representaban tu estado de ánimo

Los estados con nombres de canciones eran la manera más efectiva de transmitir lo que no nos atrevíamos a decir de otra manera. De hecho, por entonces fue Windows Media Player nuestro aliado, un reproductor que, junto al viejo Messenger de Outlook, nos ofrecía la posibilidad de contar al mundo qué canción estábamos escuchando en ese preciso instante. De este modo, no solo podíamos generar una buena impresión en aquella persona que nos gustaba, sino comenzar conversaciones o sugerir cuál era nuestro estado de ánimo.

Jugar online mientras chateas

Sabemos que la variedad de juegos para teléfono móvil es incomparable a cualquier otro momento de décadas anteriores, pero también somos conscientes de que Messenger reunió en un mismo lugar lo mejorcito de Internet: chatear con los amigos y jugar. Y es que en una misma pantalla, sin necesidad de recurrir a páginas externas, Messenger dejó tras de sí innumerables partidas de juegos clásicos, como el cruz en raya, así como conversaciones interminables en la otra mitad de la pantalla. Fue tal la simpleza de esta dinámica que quedó bien grabada en nuestros recuerdos.

Saludar a tus amigos pasando de “conectado” a “no conectado”, y repetir

Messenger actuó durante muchos años como la sala de café comunitaria donde los compañeros de trabajo y de colegio se reunían para continuar hablando de aquello que podría haberse resumido en dos frases. Sin embargo, iniciar la conversación en el antiguo Messenger de Outlook podía percibirse como una señal de desesperación, de modo que la plataforma nos puso en bandeja una de las mejores alternativas para llamar la atención de la persona que nos interesaba: conectarse y desconectarse constantemente.

Lo cierto es que, por entonces, “las caídas” de la red eran algo muy habitual. Por esta razón, en la mayoría de ocasiones era imposible distinguir si la persona que se conectaba y desconectaba pretendía hacerse notar con la aparición de su ventanita personalizada o, sencillamente, había perdido la conexión a Internet. Independientemente de lo que fuese, esta técnica funcionaba a las mil maravillas.

Aunque Messenger murió en 2014, todavía somos muchos los millennials que sentimos cierta nostalgia cuando observamos una imagen de esta vieja plataforma. Si bien Messenger de Outlook no continúa a nuestro lado, ¡lo hará por siempre en la memoria!

  1. RAUL HERNAN

    04.04.2022

    QUE VUELVA EL VIEJO MESSENGER POR FAVOR. NADA ES IGUAL

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